Trump agita el avispero del comercio mundial
Lo cierto es que el panorama global del comercio está en constante ebullición y, siempre en el centro de la acción, encontramos a Donald Trump. Como sabemos, el mandatario estadounidense tiene una habilidad especial para mantener a todos en vilo con sus vaivenes constantes. Es el pulso de la guerra comercial desatado por él mismo, donde alterna anuncios de nuevas tarifas aduaneras, treguas temporales y las consecuentes represalias.
China y la Unión Europea, los principales ‘objetivos’ de Trump, observan atónitos la agitada estrategia comercial de la administración estadounidense. Parece que el verdadero objetivo de Trump es mantener en constante incertidumbre a las principales potencias económicas del planeta. En cualquier caso, la finalidad es clara: forzar concesiones comerciales. Y esto, aunque pueda resultar dañino para la economía estadounidense a largo plazo.
Aranceles: la herramienta de presión de Trump
Este fin de semana, Trump volvió a la carga anunciando una nueva subida de los aranceles al acero y al aluminio, del 25% al 50%. Esta táctica desafiante añade más presión a las negociaciones comerciales que están en curso. Según fuentes cercanas, los equipos de Bruselas y Washington se reunirán en un clima de máxima crispación.
La Unión Europea alerta de que las represalias a los aranceles norteamericanos podrían reactivarse antes de que acabe la tregua arancelaria. Además, ya están preparando contramedidas para proteger a los sectores más afectados por el neoproteccionismo estadounidense.
China no se queda atrás y denuncia que Estados Unidos estaría incumpliendo los términos de la tregua anunciada hace dos semanas. La estrategia de Trump tiene un fuerte impacto en los mercados, llevando al dólar a mínimos de tres años por temor al golpe autoinducido a la economía norteamericana.
El coste del neoproteccionismo
Según la OCDE, la relocalización de las cadenas globales de suministro que pretende Trump con sus aranceles recíprocos podría reducir un 18% el comercio internacional de mercancías y restar hasta un 5% al PIB global.
Las consecuencias de estas políticas pueden ser enormes y, lo que es peor, duraderas. Los aranceles no sólo afectan a los mercados, sino también a la vida cotidiana de la gente común. Es un tema que hemos tratado anteriormente en Ibex registra un incremento del 6,51% en mayo: Indra e IAG se destacan como los valores estrella y en el análisis sobre el descenso significativo del desempleo y aumento de la afiliación a la Seguridad Social en mayo.
Al final del día, la incertidumbre creada por Trump puede tener un efecto boomerang. Por un lado, puede forzar concesiones comerciales. Pero, por el otro, puede dañar a largo plazo la economía de su propio país y desestabilizar el comercio mundial. Navegar por estas aguas turbulentas es un desafío para todos los actores implicados.