Cataluña cierra el año con subidón inmobiliario y Vilanova se convierte en la joya costera que todos miran
Este último año, los precios de la vivienda en Cataluña pegaron un salto importante: subieron un 8,1% con respecto al año anterior. No es poca cosa. De hecho, es uno de los aumentos más altos desde que la pandemia quedó atrás. Y no se trata solo de números: hay un cambio de fondo en cómo la gente elige dónde vivir y hacia dónde apuntan los inversores.
Cataluña se posicionó como la tercera comunidad con mayor alza, después de Madrid y Valencia. ¿Qué empuja este crecimiento? Hay varios factores mezclados: una economía que va tirando bien, poco suelo disponible para construir, más interés del extranjero y una tendencia clara a mudarse a ciudades más tranquilas cerca del mar.
Uno de los casos más llamativos es el de Vilanova i la Geltrú, que está viviendo un momento de oro. El precio medio del metro cuadrado llegó a 2.600 euros, el más alto de su historia. La ciudad, que hace no mucho era vista como una opción secundaria frente a Barcelona o Sitges, ahora se planta como una alternativa fuerte. ¿Por qué? Porque tiene un poco de todo: buenas playas, servicios, colegios, infraestructura sólida y tren directo a la capital.
Muchas familias jóvenes, gente que trabaja remoto y hasta jubilados la están eligiendo para mudarse. No buscan solo una casa, buscan calidad de vida. Y en Vilanova la encuentran, sin tener que pagar lo que cuesta vivir en otras ciudades más infladas del litoral.
Esta movida también está generando algo lógico: más construcción. Promotoras y fondos ya pusieron el ojo en la zona y están sacando adelante nuevos proyectos. “Hay una demanda que no afloja, tanto de gente local como de extranjeros. Vilanova está en plena transformación”, cuentan desde una inmobiliaria de la zona.
El aumento del valor del metro cuadrado no es solo por falta de oferta. Hay algo más profundo: la ciudad empezó a verse como un lugar donde vale la pena invertir a largo plazo. Comprar ahí no es solo tener una propiedad, es apostar por un estilo de vida más equilibrado.
Y ojo, no es solo Vilanova. Hay otras ciudades costeras catalanas como Mataró, Blanes o Cambrils que también vienen creciendo fuerte, con subas de entre 6% y 9% anual en algunos casos. El mapa de la vivienda en Cataluña está cambiando: la concentración que había en Barcelona se empieza a dispersar y aparecen nuevos polos de atracción.
Entre el clima, la calidad de vida, las conexiones y el tirón turístico, no sorprende que Cataluña siga siendo una de las zonas más deseadas del sur de Europa para vivir o invertir. Y en ese nuevo tablero, Vilanova i la Geltrú se está ganando un lugar destacado, casi sin hacer ruido, pero con pasos firmes.
