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Descubre las 5 Estrategias Esenciales para Triunfar en el Mercado de Criptomonedas

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Comenzamos la semana y ya sabemos que las criptomonedas no dejan a nadie indiferente. Los entusiastas las adoran y los escépticos las tachan de fraude. Pero lo cierto es que, nos guste o no, están aquí para quedarse. Y no solo eso, también están demostrando una fortaleza encomiable en tiempos de turbulencias.

Un aniversario con sabor agridulce

Parece que fue ayer, pero ya hace una década desde que un grupo de inconformistas, en una casita suiza, decidieron dar vida a Ethereum. Este es un componente esencial del ecosistema cripto que funciona como una plataforma de computación distribuida, y su token es el ether. La cosa no pintaba nada bien al principio, con disputas internas, ciberataques, escándalos y, al igual que su hermano mayor, el Bitcoin, el precio del ether se volvió tremendamente volátil. Pero aquí estamos, celebrando el décimo aniversario de Ethereum. Y no solo eso, el Nasdaq incluso se ha sumado a la fiesta y ha reconocido la fortaleza y resistencia de Ethereum. Como diría mi abuela, «lo que no te mata, te hace más fuerte».

La visión de un fundador

A Joe Lubin, un antiguo residente de esa casa fundadora, no le ha temblado la voz al declarar que Ethereum es «una capa de confianza fiable para nuestro mundo digital en rápido crecimiento». No es de extrañar que esté tan emocionado, después de todo, Ethereum ha demostrado ser tan fuerte como el acero. Pero, **¿cómo hemos llegado hasta aquí?** A ver, que no es un camino de rosas. Los riesgos existen y las criptomonedas siguen siendo un tema candente. Pero según mi humilde opinión, el aniversario de Ethereum nos debe llevar a una reflexión más profunda y realista.

Repasando lo aprendido

En estos diez años hemos aprendido algunas cosas importantes sobre las criptomonedas. La primera es que **no todas las criptomonedas son iguales**. Bitcoin es un fenómeno por sí solo, a menudo comparado con «oro digital», mientras que Ethereum es una infraestructura multifacética. Luego están las memecoins que navegan en la ola del hype, y las stablecoins supuestamente respaldadas por activos como los bonos del Tesoro.

La segunda gran lección es que no podemos pensar en blanco y negro cuando se trata de criptomonedas. Los que hace diez años aseguraban que las finanzas descentralizadas cambiarían el mundo, se equivocaron. A día de hoy, las criptos siguen siendo demasiado toscas, costosas y consumen demasiada energía como para ser una alternativa a los métodos de pago tradicionales. Y por supuesto, no podemos olvidar la volatilidad y la delincuencia que han ensombrecido el sector.

Un futuro incierto pero prometedor

A pesar de todo, míralo por el lado positivo, las criptomonedas han sobrevivido a una década de altibajos. En cualquier caso, el futuro es incierto, pero prometedor. Ethereum sigue desafiando las probabilidades y continúa su escalada financiera en su búsqueda por alcanzar cotas inéditas. Y no podemos olvidar que las criptomonedas, en general, han demostrado ser extremadamente resistentes incluso en tiempos de volatilidad en los mercados.

En fin, lo que quiero decir es que, como dirían los Rolling Stones, «No siempre puedes conseguir lo que quieres, pero si lo intentas, a veces, puedes conseguir lo que necesitas». Y Ethereum, parece haber conseguido su lugar en este volátil mundo de las criptomonedas.

Bueno, lo cierto es que aquellos que se llenaron la boca augurando la desaparición de las criptomonedas no dieron en el clavo. Las criptos están más vivas que nunca. Sí, los precios de los activos digitales han subido como la espuma, y han catapultado la capitalización de mercado de Ethereum y Bitcoin hasta los 455.000 millones y los 2,3 billones de dólares, respectivamente. Y para que os hagáis una idea, los alrededor de 270.000 millones de dólares en stablecoins que circulan actualmente respaldan tantas transacciones como la red de tarjetas de crédito Visa en el último año. Eso me lo ha chivado Glenn Hutchins, un pez gordo de la inversión tecnológica.

¿Y a qué se debe este boom?

Bueno, hay varios factores a tener en cuenta. La codicia (o la especulación, si lo preferís) es uno de ellos. Pero no olvidemos que las criptomonedas se basan en una tecnología de lo más interesante, el famoso blockchain, que en ocasiones puede tener su utilidad, como en algunos pagos transfronterizos. A esto le sumamos que actores clave y reguladores están elevando el listón en respuesta a escándalos pasados, y que redes como Ethereum están reduciendo a lo bestia el consumo de energía.

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Las finanzas tradicionales se suben al carro

Aquí viene lo irónico del asunto. Los primeros evangelistas de las criptomonedas prometieron que las finanzas distribuidas iban a dar jaque mate a las empresas tradicionales. Pero la realidad es que estas últimas están dando un empujón importante al auge actual de las criptos. Es un hecho que un alto ejecutivo de BlackRock se ha unido a un grupo de inversión en Ethereum. Y gestores de activos tradicionales como Fidelity y BlackRock están lanzando fondos de criptomonedas. Y no nos olvidemos de cómo los inversores tradicionales usan cada vez más las criptomonedas como una estrategia de diversificación, a la vez que bancos como JPMorgan gestionan sus propias blockchains y están lanzando stablecoins. En este sentido, Vanguard destaca el papel crucial de los dividendos en la rentabilidad a largo plazo del inversor.

Cambios a la vista en la geopolítica de las criptomonedas

En los últimos años, la mayoría de la innovación en criptomonedas ha ocurrido fuera de EEUU, en lugares como Hong Kong. Pero parece que eso está cambiando. Paul Atkins, presidente de la Comisión del Mercado de Valores, afirmó que quiere que la innovación ocurra en el mercado nacional. ¿Por qué? Bueno, una de las razones es que la familia Trump está bastante metida en el mundo de las criptomonedas. Otra es la sucia política: los grupos de criptomonedas fueron donantes tan importantes de Trump en 2024 que, según cuentan las malas lenguas, le dieron la victoria en las elecciones.

Pero también hay que tener en cuenta las geofinanzas. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, espera que las stablecoins basadas en dólares creen una nueva fuente de demanda de bonos del Tesoro y promuevan un mayor uso del dólar en todo el mundo. Eso es, en cualquier caso, un nuevo giro político a Bretton Woods en la era de Silicon Valley.

¿Y qué podemos esperar de aquí en adelante?

En mi opinión, los efectos de las criptomonedas podrían resultar incluso más impactantes que los activos digitales en sí mismos. Esta innovación nos hace replantearnos alternativas al sistema financiero y geopolítico actual. Por ejemplo, ¿debemos seguir dependiendo del sistema de pagos Swift o del dominio del dólar? Sin duda, el enigma de la estabilidad de los mercados en medio del estruendo sigue desentrañándose. Pero está claro que las criptomonedas están aquí para quedarse y, quién sabe, tal vez el IBEX aspire a alcanzar cotas inéditas en su escalada financiera a lomos de esta innovación.

Bien, entremos en materia. Quiero hablaros de los riesgos y beneficios de las criptomonedas. Que quede claro que no me tomo a la ligera los peligros que entrañan – aquí no hay lugar para tergiversaciones. La verdad es que los conflictos de intereses entre la Administración Trump y las criptomonedas son, cuanto menos, embarazosos. Y sí, las criptomonedas pueden causar daño a los consumidores. Vaya, si hasta hay riesgos para la estabilidad financiera debido a su creciente vinculación con las finanzas tradicionales. No nos olvidemos de las stablecoins respaldadas por bonos del Tesoro. Y sin mencionar los delitos y estafas.

Entre el riesgo y el potencial

Pero, vamos, también es posible estar preocupado por estos riesgos y, al mismo tiempo, reconocer que la tecnología subyacente puede ser útil. No sólo como herramienta de diversificación financiera, sino también geopolítica. Por eso, creo que el «cumpleaños» de Ethereum debería hacer reflexionar tanto a los fanáticos como a los detractores. Porque lo cierto es que ninguno de los dos tiene toda la razón.

La vida no es blanco o negro

La vida, y por ende las finanzas, no es un asunto de blanco y negro. Y eso no va a cambiar ni siquiera si (o cuando) Ethereum cumpla 20 años. Conviene recordar aquí la paradoja de la volatilidad que planteábamos en un artículo anterior.

El Ibex y sus retos

Por otro lado, según fuentes cercanas al mercado, el Ibex está poniendo a prueba sus máximos. Echa un vistazo a este análisis sobre cómo el Ibex aspira a alcanzar cotas inéditas en su escalada financiera. Y si a eso le sumamos las complicaciones en la fusión de Avatel y Parlem, y los posibles aranceles del 100% que Trump planea imponer a chips y semiconductores, parece que los mercados podrían estar a punto de vivir momentos interesantes.

Y, a fin de cuentas, no sabemos qué puede pasar. En cualquier caso, una cosa está clara: las criptomonedas, con todos sus riesgos y beneficios, han llegado para quedarse. Y quien sabe, a lo mejor en unos años hablamos de ellas como hoy hablamos de los dividendos y su papel crucial en la rentabilidad a largo plazo del inversor. Sólo el tiempo dirá.

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