Esto es digno de mención, amigos, y es que en los recovecos de la economía global se está gestando un cambio interesante. Resulta que, por primera vez en 15 años, los multimillonarios menores de 30 años no son emprendedores audaces que han forjado su riqueza a base de ingenio y sudor, sino que más bien parecen haber heredado el grueso de sus fortunas de papi y mami. Y vamos, no es que tengamos algo contra los herederos, pero la tendencia es curiosa, ¿verdad?
¿El fin de la era de los self-made men y women?
Lo cierto es que, según datos recientes, los más jóvenes de entre los más ricos del mundo ya no son aquellos que han hecho su fortuna por sí mismos. Parece que, ahora, los emprendedores que superan la barrera de los 30 años no ven amenazada su posición en el ranking por nadie más joven.
De hecho, son los herederos de grandes fortunas los que han colado a los menores de 30 años en la lista de multimillonarios. ¿Será este un cambio temporal o estamos presenciando el inicio de una nueva era? Una era en la que los herederos ocupan el lugar de los emprendedores.
¿Qué hay detrás de esto?
Según fuentes cercanas al sector, es posible que este cambio tenga que ver con la creciente complejidad de la economía global. Ahora, el dinero se mueve de formas cada vez más sofisticadas, y tal vez sea más difícil que antes abrirse camino desde cero.
En cualquier caso, no podemos perder de vista que en el ámbito empresarial, la edad es solo un número. Tal y como se nos recordaba en un reciente artículo sobre la importancia de las empresas medianas, lo que de verdad importa es la capacidad para generar riqueza y empleo.
Mirando al futuro
Claro, siempre queda la duda de qué ocurrirá en el futuro. ¿Veremos surgir a nuevos multimillonarios self-made en la próxima década? ¿O tal vez las proyecciones apunten a que el camino al éxito estará cada vez más pavimentado por herencias y fortunas familiares? Es difícil de decir.
En resumidas cuentas, lo que está claro es que estamos asistiendo a un cambio en el panorama de los multimillonarios más jóvenes. Y, ¿quién sabe? Quizás el próximo paso sea encontrar a estos herederos en la lista de los más ricos del Ibex 35, más allá de los 14.200 puntos. Como reza el viejo refrán español: «Nunca se sabe de dónde vendrá el próximo golpe de fortuna».
