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Desafío de aplacar la inflación en un clima de incertidumbre económica

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Los pronósticos de inflación para 2026 suponen un nuevo desafío para el BCE

Bueno, parece que Christine Lagarde, la manda más del Banco Central Europeo (BCE), se ha llevado una sorpresa. Justo cuando pensaba que había conseguido poner fin a la batalla contra la inflación que se inició allá por 2022, los pronósticos para 2026 apuntan a que el crecimiento de los precios podría no alcanzar el objetivo del 2%. Esto, sin duda, podría traer más de un quebradero de cabeza.

«Está bien celebrar las victorias, pero siempre hay otro desafío esperando», declaró Lagarde en una rueda de prensa reciente, tras anunciar un nuevo recorte de los tipos de interés de 25 puntos básicos, situándolos en el 2%.

Una nueva etapa para la política monetaria

Aunque Lagarde se muestra optimista, afirmando que «estamos en una buena situación para afrontar cualquier incertidumbre que pueda surgir», lo cierto es que estamos entrando en una nueva etapa que podría ser decisiva. El foco ahora está en la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea y el posible impacto de los aranceles que podrían mantenerse en vigor, lo que podría tener un efecto directo en la política monetaria.

La incertidumbre comercial, un factor clave

Los riesgos de esta incertidumbre comercial son evidentes y, de hecho, las últimas proyecciones macroeconómicas ya contienen señales de alarma para la inflación. Parece que las celebraciones de Lagarde podrían tener que detenerse antes de lo esperado. El escenario que contempla el BCE, que incluye la imposición de algunos aranceles pero sin represalias europeas ni un aumento de la escalada comercial, anticipa una inflación del 1,6% para el próximo año. Un porcentaje que se aleja del objetivo del 2%, aunque en este caso a la baja.

La estabilidad de precios, en tela de juicio

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que el BCE interpreta su mandato de preservar la estabilidad de precios como un ejercicio simétrico. Es decir, es igual de problemático para ellos que la inflación se sitúe muy por debajo del 2% como que se dispare por encima. En este contexto, las proyecciones actuales chocan con la tranquilidad con la que Lagarde parece celebrar la ‘victoria’ y el supuesto final del ciclo de relajación de la política monetaria. Según las propias estimaciones del BCE, queda mucho camino por recorrer.

Lagarde atribuye la baja inflación prevista para 2026 a la reciente revalorización del euro, que ha subido más de un 10% frente al dólar en lo que va de año, y a la caída de los precios de la energía. Sin embargo, considera que se trata de un movimiento temporal y que la inflación subyacente, aunque se sitúe ligeramente por debajo del objetivo (1,9%), no debería suponer un problema.

En resumen, parece que Lagarde y su equipo tienen por delante un reto difícil de sobrellevar. En nuestro último artículo sobre la recuperación de la industria ya apuntábamos que las aguas económicas aún no están completamente calmadas. En este sentido, tendremos que ver cómo evolucionan las tensiones comerciales y el impacto de las nuevas políticas de vivienda en la inflación. Una cosa es segura: el BCE tendrá que mantenerse en guardia.

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Aquí en InversorHoy, hemos estado siguiendo de cerca el constante vaivén que ha experimentado la zona euro desde la última crisis financiera. Tras una década de crecimiento lento y políticas monetarias ultraexpansivas, la región parecía estar dormida. Sin embargo, la pandemia y la crisis energética trajeron consigo una inflación altísima, despertando a la región de su letargo y propulsándola hacia otro problema. Esto trae a colación un tema que ya hemos mencionado en nuestra cobertura anterior sobre «La industria resurge en mayo tras trío de meses en declive».

Asegurar el tesoro inflacionario

Ahora que la inflación ha llegado al 2%, el Banco Central Europeo (BCE) tiene un tesoro que debe cuidar con mimo. En cualquier caso, es fundamental que el BCE se adelante a los acontecimientos y evite que las posibles desviaciones respecto a su objetivo se transformen en una bola de nieve que requiera ajustes drásticos en sus tipos de interés.

El papel de Lagarde

Lo cierto es que, independientemente de si el BCE puede celebrar su victoria o si tiene que enfrentar la tarea de ajustar el precio del dinero, parece seguro que Christine Lagarde estará al frente del asunto. Ayer, la presidenta del BCE lució su famoso colgante que reza «In Charge» (al mando), en una clara declaración de intenciones.

Según algunas fuentes, se ha especulado sobre la posibilidad de que Lagarde pudiera abandonar su puesto antes de que concluya su mandato. Sin embargo, ella respondió a esas especulaciones de manera tajante: «Lo he hecho en caso de que hubiera alguna duda. Acabaré mi mandato», afirmó Lagarde.

El aroma de la incertidumbre

En cualquier caso, el aroma de la incertidumbre sigue flotando en el aire, como ese perfume toscano que se respira en Valencia. Mientras tanto, estamos pendientes de cómo se desarrollan las cosas en el plano laboral, con oficios como electromecánico, soldador o tornero presentando un alto número de vacantes.

Por otro lado, cabe preguntarse si las inmobiliarias todavía tienen margen de crecimiento en la bolsa. Esto se convierte en un tema de especial relevancia a la luz de las recientes declaraciones de nuestro presidente Sánchez sobre el blindaje de las VPO como requisito para la inversión estatal en vivienda.

Como solemos hacer en InversorHoy, seguiremos de cerca estos temas y te mantendremos informado. Para finalizar, me gustaría hacer una comparación. Si la economía fuera un vapeador, estaríamos en el proceso de «Desentrañando los Mitos y Realidades del Vapeo», tratando de separar el humo de la realidad. Y aunque la situación puede parecer desalentadora a veces, recordemos que hasta el vapeo puede tener sus beneficios.

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