A ver, que no ha sido un buen día para el Gobierno. Su esperado plan para triplicar la inversión en vivienda pública se ha topado con un muro de resistencia y, lo cierto es que, Comunidades Autónomas y ayuntamientos siguen luchando para desbloquear los 25.000 millones que están por ahí, en forma de fondos pendientes.
La Cumbre, en un clima de confrontación
El temario de la Conferencia de Presidentes este pasado viernes en Barcelona prometía: acceso a vivienda, financiación regional, debates energéticos, inversiones en infraestructuras críticas, formación profesional e inmigración. Un total de seis grandes temas propuestos por el Gobierno de PSOE y Sumar, y otros ocho que, aprovechando su mayoría, se sacaron de la manga las comunidades gobernadas por el PP.
Pero, en cualquier caso, la tensión política ha sido la protagonista y, para seros honesto, no se ha llegado a un acuerdo en ningún punto. Ni siquiera en la idea estrella del Gobierno para triplicar la inversión en vivienda pública, ni en la petición de las autonomías de liberar esos 25.000 millones que están ahí, esperando.
El Plan de Sánchez y la reacción de las CCAA
Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, soltó la propuesta a los presidentes regionales: «Vamos a impulsar un nuevo Acuerdo Estatal de vivienda con más financiación, menos especulación y más transparencia». Su idea es triplicar la inversión pública en vivienda, pasando de 2.300 millones en el periodo 2022-2025 a unos 7.000 millones para el siguiente lustro, hasta 2030.
Sánchez, no es tonto, y tiene claro que el Gobierno central pondrá el 60% de este dinero, unos 4.000 millones, pero eso sí, las comunidades tienen que poner el 40% restante. No solo eso, sino que esa pasta solo llegará si se garantiza que las viviendas construidas serán de carácter público.
Según parece, el presidente también aboga por crear un portal público para conocer los precios reales de compra, venta y alquiler, apuntando a romper con el monopolio de portales privados como Idealista o Fotocasa.
Un acuerdo que no llega
Aunque el Gobierno tenía esperanzas de lograr un acuerdo unánime, no ha habido suerte. Solo Cataluña, País Vasco, Asturias y Canarias han mostrado su apoyo al plan. El resto, bueno, piden tiempo para pensarlo o mostraron su descontento con el porcentaje que les toca pagar. Ahí está Emiliano García Page, de Castilla-La Mancha, quejándose, o Isabel Díaz Ayuso, que ha rechazado la idea directamente.
En resumen, la crítica más común al plan es que «Sánchez invita, pero las comunidades pagan». A la espera de un acuerdo, se notan las tensiones, nadie quiere soltar la pasta, y el plan de Sánchez se queda en el aire. El próximo capítulo de esta historia está por escribirse. ¿Conseguirá Sánchez el apoyo que necesita o seguirá el desacuerdo dominando el panorama? Solo el tiempo nos lo dirá.
La batalla de las CCAA y ayuntamientos por los fondos pendientes
A ver, ¿os acordáis de las entregas a cuenta que el Gobierno tiene pendientes? Sí, hablamos de los 11.000 millones de euros de 2024 que las comunidades autónomas y los ayuntamientos llevan tiempo reclamando a Hacienda. Pues resulta que, durante una reciente reunión, intentaron hacer presión para desbloquear estos fondos, pero se encontraron con un muro. La cosa no pintaba bien, la verdad.
Para darle un poco más de cuerda al asunto, resulta que a esos 11.000 millones de euros hay que sumarle otro pico de dinero. No estamos hablando de calderilla, no, sino de las entregas a cuenta de 2025, una cifra aún mayor debido al incremento de la economía e ingresos públicos. Entre una cosa y otra, estamos hablando de que se reclaman a Hacienda unos 25.000 millones de euros. Aunque, lo cierto es que el Gobierno aún no ha aclarado cuándo pagará este dineral.
Los presidentes autonómicos del PP toman la iniciativa
El tema se pone interesante cuando los presidentes autonómicos del PP deciden dar un paso al frente. ¿Y qué hicieron? Pues ni cortos ni perezosos, aparecieron en la reunión con un borrador del Real Decreto-ley con el que el Consejo de Ministros podría liquidar los pagos pendientes en un pis pas. Aunque, en cualquier caso, aún no se sabe si el Gobierno moverá ficha a favor.
Para que os hagáis una idea, el Gobierno ya aprobó la entrega de los 11.000 millones de 2024 en el Real Decreto-ley omnibus a finales del año pasado. Pero, vaya, la medida no fue reactivada después de que partidos como el PP, Vox y Junts la tumbaran en enero al rechazar su convalidación parlamentaria.
Las demandas de los barones del PP
No paran ahí las cosas. Los barones del PP, incluyendo al presidente valenciano, Mazón, han estado pidiendo un anticipo electoral. Y, ¿qué argumentos pusieron sobre la mesa? Pues los deberes pendientes del Gobierno en materia de entregas a cuenta, la reforma del sistema de financiación autonómica (que lleva en el aire desde 2014) o su incapacidad para aprobar Presupuestos en lo que va de legislatura. Y es que Mazón ha hecho hincapié en las tensiones de tesorería que le impiden pagar a sus proveedores.
En este ambiente, Sánchez aboga por un aumento trilateral en el presupuesto de vivienda de las CCAA, e incluso la implementación de un portal público. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cuándo se desbloquearán estos fondos pendientes?
Está claro que es un tema a la orden del día, sobre todo teniendo en cuenta que muchos inversores están desaprovechando la oportunidad que ofrece el ascenso vertiginoso de la Bolsa española.
Así las cosas, parece que este asunto se asemeja más a la vieja historia del doble filo de mayo, que nutre y despoja. En fin, seguiremos esperando para ver cómo se resuelve este embrollo de las entregas a cuenta pendientes. Ojalá sea más pronto que tarde.
En primera línea: Salvador Illa defiende el modelo de financiación singular para Cataluña
El pasado encuentro de la Conferencia de Presidentes, celebrado en Barcelona, dejó algunas perlas para el recuerdo. Entre ellas, la intervención de Salvador Illa, el presidente de la Generalitat catalana.
Illa aprovechó su papel de anfitrión para reivindicar un modelo de financiación singular para Cataluña, algo que no dejó indiferente a nadie. Y es que, nada más ni nada menos, pidió la cesión de todos los impuestos recaudados en la región a la Generalitat, ofreciendo a cambio una suerte de cupo por los servicios del Estado y una cuota solidaria para el resto de territorios.
Un pacto con ERC a cambio de votos
Lo cierto es que este modelo parece más una concesión del PSC a ERC para conseguir sus votos favorables a su investidura. Un acuerdo que, según Illa, Sánchez apoya en cierta medida, al abogar por un aumento trilateral en el presupuesto de vivienda de las CCAA.
«Lo que Cataluña dice es que necesitamos, por nuestras singularidades, una financiación singular», explicó Illa ante los medios, mientras reconocía que no había sido el tema central de su intervención. De hecho, a pesar de las críticas de muchas de las otras regiones a este acuerdo, Illa se mostró tranquilo y respetuoso.
Un modelo financiación y sus críticas
No obstante, al verse cuestionado por las críticas, Illa mantuvo la compostura y aseguró que el asunto se abordaría cuando fuera el momento y lugar adecuados. «Esto tiene su espacio. Y, cuando sea el momento, en el espacio correspondiente, lo abordaremos y plantearemos», dijo. Aseguró también que Cataluña tiene un «camino trazado» que va a recorrer, pero que el modelo que proponen será solidario con el resto de autonomías.
El pacto PSC-ERC establece que la Generalitat y Hacienda deben acordar los detalles del modelo de financiación singular para Cataluña antes de julio de 2025, lo que apunta a que su contenido debe concretarse este mismo mes. Ante la espera de la definición de este, Illa instó al resto de las regiones a afrontar el debate de la financiación autonómica con «serenidad».
Reflexión final: ¿Un modelo financiero singular?
Al final, lo que parecía un encuentro rutinario se convirtió en un espacio de reivindicación y debate. La propuesta de Illa para un modelo financiero singular para Cataluña ha abierto un nuevo escenario que no debemos obviar. ¿Será una propuesta viable y beneficiosa para todos? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, los inversores de fondos parecen desaprovechar el ascenso vertiginoso de la Bolsa española. Quizá este nuevo escenario financiero les haga cambiar de opinión.