El proteccionismo de Trump: ¿un riesgo para la economía mundial?
Parece que el club de los países desarrollados está viendo pasar las nubes de tormenta. En un informe reciente, alertan sobre la relocalización de las cadenas de suministro dentro de las fronteras nacionales, una estrategia defendida por Trump, la cual podría significar una reducción del 18% en el comercio mundial. Y no solo eso, sino que también podría amenazar al crecimiento económico global.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que incluye a economías punteras como la de EEUU, advirtió que esta tendencia proteccionista, que está cobrando fuerza de la mano de la administración Trump, pero no solo allí, podría disminuir el PIB global en más de un 5%.
Desglobalización: ¿Una amenaza a la seguridad del abastecimiento?
El informe de la OCDE llamado «sobre las cadenas de suministro resilientes», publicado recientemente, no solo muestra preocupación por el impacto económico de esta corriente desglobalizadora, sino también por la seguridad del abastecimiento. La idea es convertir las cadenas de suministro en algo más local, o «nacionalizarlas», como diría Trump, eximiendo de sus grandes aranceles a las empresas que trasladen su producción a Estados Unidos.
En palabras de Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, «las medidas de respuesta a las preocupaciones sobre la seguridad del suministro y la concentración del mercado, así como la transformación a largo plazo de los flujos comerciales, corren el riesgo de crear perturbaciones indeseables». Y parece que la OCDE tiene un punto. Según su análisis, el PIB se volvió más volátil en más de la mitad de las economías modelizadas, lo que desafía la idea de que la relocalización es más estable.
¿Estaremos ante el fin del libre comercio?
Lo cierto es que todos estos mensajes parecen tener un destinatario bastante claro: Donald Trump. Con su guerra arancelaria y amenazas constantes a las empresas, busca empujar una repatriación productiva a EEUU, una actitud que choca de frente con la doctrina del impulso del libre comercio que la OCDE siempre ha defendido como motor de crecimiento y desarrollo económicos.
En cualquier caso, solo el tiempo dirá si las advertencias de la OCDE serán escuchadas. Como en cualquier cambio, hay riesgos y oportunidades. Tal como se plantea en nuestra reciente nota sobre si podrán los accionistas inmobiliarios alcanzar nuevos horizontes en la bolsa, los cambios estructurales pueden presentar tanto desafíos como posibilidades de inversión.
Recordemos que el equilibrio entre proteccionismo y globalización siempre ha sido un tema complejo y controvertido, y parece que estamos en uno de esos momentos en los que los platos de la balanza oscilan con fuerza. ¿Será este el comienzo de una nueva era o solo un paréntesis en la larga historia del comercio internacional?
En la economía global, no todas las cartas se reparten de manera igualitaria. Y es que, la posible pérdida de Producto Interno Bruto (PIB) será del todo heterogénea, fluctuando entre un 1,1% y un 12,2%, según apunta el último informe de la OCDE. Al parecer, todo dependerá del grado y la naturaleza de la integración de los países en las cadenas de valor mundiales.
¿Quiénes serán los más afectados?
Los más perjudicados, según lo que se desprende de este informe, serán los sectores estratégicos de la industria manufacturera, esos que son vitales para la seguridad nacional y económica y que cuentan con cadenas de suministro más complejas, como el petróleo y la electrónica. No obstante, tampoco debemos olvidar que las alteraciones en sectores nacionales suelen tener un impacto mayor que las que se originan en sectores extranjeros.
Con este panorama, lo cierto es que la OCDE considera contraproducente el agresivo movimiento de relocalización emprendido por la administración Trump. Y eso que hay que tener en cuenta la gran concentración y dominio comercial que representa China, que en los últimos 25 años ha pasado de representar el 5% de las importaciones de los países a un sorprendente 30%.
Un cambio de rumbo preocupante
Mientras tanto, la contribución combinada de Estados Unidos, Alemania y Japón ha seguido la trayectoria inversa, adelgazando del 30% al 15%. En cualquier caso, la OCDE cree que el remedio de relocalizar la producción dentro de las fronteras nacionales podría ser peor que la enfermedad, abogando por «enfoques equilibrados». En otras palabras, la organización apuesta más por la diversificación geográfica y la cooperación internacional.
A la luz de estos datos, cabe preguntarse ¿Podrán los Accionistas Inmobiliarios Alcanzar Nuevos Horizontes en la Bolsa? o si, por otro lado, marcarán un nuevo precedente en la economía mundial.
Reflexiones finales: un futuro incierto
Para cerrar, resulta evidente que estamos viviendo tiempos de cambio en la economía global. El dominio de China en el sector manufacturero y las decisiones de la administración Trump podrían marcar un antes y un después para muchos países y sectores.
Así que, aunque la OCDE nos advierte sobre los riesgos de la relocalización, parece que el futuro de la economía global es, de momento, incierto. Y es que, a veces, como bien decía el escritor británico Aldous Huxley, «las únicas cifras completamente seguras son las que sabemos que son incorrectas». En otras palabras, sólo el tiempo dirá.