Un encuentro marcado por la división y la confrontación
Desde luego, la cosa está que arde y, la verdad, la reunión de los presidentes que se ha celebrado este viernes en Barcelona no ha hecho más que echar leña al fuego. ¿El resultado? Más división y confrontación entre los líderes institucionales. Nada de consensos ni acuerdos, un escenario que nos deja en un callejón sin salida, al menos de momento.
Lo cierto es que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no se ha cortado un pelo. Ha ido de frente, exigiendo la convocatoria de elecciones generales frente a un Gobierno que ve exhausto. La misma melodía que el resto de los mandatarios de su partido, el PP, han tarareado.
Las lenguas cooficiales, ¿riqueza o elemento de división?
Díaz Ayuso ha puesto el dedo en la llaga sobre el uso de las lenguas cooficiales en la reunión. Según ella, estas se están utilizando para reflejar que España es «plurinacional», y no una sola «nación». En su opinión, se está jugando con la «riqueza» lingüística para «dividir», un movimiento que se está fomentando también a través de la amnistía o la condonación de la deuda a las comunidades autónomas.
En palabras de Díaz Ayuso, «Me duele en el alma pagar la fiesta independentista». Apunta que España vive una «crisis institucional» con un Gobierno que no actúa según lo prometido en su programa, sino que está «en manos de las minorías», refiriéndose a los independentistas.
El «intervencionismo» en vivienda: un camino al desastre
No se ha quedado corta al afrontar el peliagudo tema de la vivienda. Díaz Ayuso ha criticado la propuesta del Gobierno ante la escalada del precio de la vivienda. En su visión, el Gobierno está eludiendo sus responsabilidades y apostando por el «intervencionismo», una estrategia que asegura que solo «disparará» el problema.
«Lo que se debería hacer es fomentar la construcción de vivienda», ha afirmado, pero sostiene que la propuesta del Gobierno está favoreciendo las ocupaciones y las «inquiocupaciones», reduce la oferta de alquiler y además, sobrecarga a las autonomías con obligaciones económicas, cuando tienen el gasto estructural «limitado».
Un intercambio de palabras tensas y gestos controvertidos
Isabel Díaz Ayuso se ha convertido sin lugar a dudas en una de las grandes protagonistas de la conferencia de presidentes. No ha dudado en abandonar la sala cuando el presidente catalán, Salvador Illa, y el lehendakari, Imanol Pradales, han hablado en catalán y euskera.
Según dice, no tiene sentido usar «pinganillos» cuando en los pasillos habla con todo el mundo en castellano. Por último, ha querido evitar la «hipocresía» y ha decidido no saludar con dos besos a la ministra de Sanidad, Mónica García, tras las críticas de su partido, Más Madrid, por la gestión en las residencias durante el Covid-19.
Por ello, ha optado por darle la mano, como ha hecho con otros asistentes. Una decisión que ha levantado mucha polémica.
Una situación en el filo de la navaja
En definitiva, la situación da para pensar. ¿Es este el escenario en el que queremos que se decidan los asuntos que nos afectan? ¿Está nuestra política más centrada en el espectáculo que en la solución de problemas? Cada uno tendrá su opinión, pero lo cierto es que la tensión y la confrontación no ayudan a avanzar.
Pero claro, igual estoy equivocado. En cualquier caso, te invito a que te informes más sobre la situación actual en el artículo EEUU: Tasa de Desempleo se Estabiliza en 4,2% mientras se Generan 139.000 Nuevos Empleos en Mayo y en el artículo Los Siete Desafíos Geopolíticos que amenazan la Estabilidad de los Mercados Globales. Ahí, seguro, podrás formarte una visión más completa.