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La OCDE advierte: desglobalizar la producción puede restar un 5% al PIB mundial

l sector tecnológico o el automotriz, podrían ser los más afectados por estas medidas proteccionistas.

La amenaza del proteccionismo para la economía mundial

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha emitido un claro mensaje de alerta sobre la ola de proteccionismo que actualmente sacude al mundo, liderada en gran medida por la Administración Trump en Estados Unidos. Esta corriente desglobalizadora, que busca relocalizar las cadenas de suministro o nacionalizarlas, representa una seria amenaza para el comercio y la economía mundiales.

En un informe reciente titulado «Sobre las cadenas de suministro resilientes», la OCDE ha señalado que esta fiebre relocalizadora podría reducir en más de un 18% los flujos del comercio mundial y en más de un 5% el Producto Interno Bruto (PIB) global. Además, se destaca el riesgo que estas medidas proteccionistas pueden representar para la seguridad del abastecimiento.

Impacto sectorial y potencial pérdida de PIB

El informe de la OCDE también advierte que no todas las economías ni todos los sectores serían afectados de la misma manera por esta tendencia al proteccionismo. Sectores estratégicos como la industria tecnológica y automotriz, con cadenas de suministro más complejas, podrían ser los más perjudicados.

Según el documento, la potencial pérdida de PIB no sería homogénea, con caídas que podrían variar entre el 1,1% y el 12,2%, dependiendo del grado de integración en las cadenas de valor mundiales. Esto pone en evidencia la importancia de mantener un enfoque global y abierto en el comercio internacional.

El desafío para la resiliencia de las cadenas de suministro

La OCDE ha destacado que la relocalización de las cadenas de suministro no garantiza una mayor resiliencia, y que limitarse a trasladar la producción dentro de las fronteras nacionales podría perjudicar el crecimiento económico. Esta postura choca directamente con la estrategia de la Administración Trump, que busca repatriar la producción a Estados Unidos a través de guerras arancelarias y amenazas a las empresas.

En este sentido, la OCDE ha reivindicado el libre comercio como motor de crecimiento y desarrollo económico, haciendo un llamado a la prudencia y a la búsqueda de soluciones que promuevan la estabilidad y la prosperidad a nivel global. La guerra arancelaria y el proteccionismo podrían tener efectos devastadores en la economía mundial si no se abordan con cuidado y sensatez.

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La globalización y sus desafíos económicos

En un mundo cada vez más interconectado, la globalización ha traído consigo una serie de desafíos económicos que requieren de respuestas inteligentes y equilibradas. Según la OCDE, la actual crisis derivada de la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos sectores, siendo el petróleo y la electrónica los más expuestos.

Es importante destacar que las perturbaciones en sectores nacionales suelen tener un impacto mayor que aquellas originadas en sectores extranjeros. Esta realidad plantea un dilema en medio de un escenario marcado por la incertidumbre y la rivalidad comercial entre potencias como Estados Unidos y China.

El reto de la relocalización y la dependencia de China

La administración Trump ha emprendido un agresivo movimiento relocalizador con la intención de reducir la dependencia económica de China. Sin embargo, la OCDE considera que esta estrategia puede resultar contraproducente, dado el alto grado de concentración y dominio comercial que representa el gigante asiático.

En los últimos 25 años, China ha pasado de suponer el 5% de las importaciones de los países a alcanzar un impresionante 30%, mientras que la contribución combinada de Estados Unidos, Alemania y Japón ha disminuido del 30% al 15%. Esta tendencia pone de manifiesto la creciente influencia de China en el escenario económico global.

Enfoques equilibrados para una economía sostenible

A pesar de la preocupante dependencia de China, la OCDE advierte que el remedio de relocalizar la producción dentro de las fronteras nacionales podría ser peor que la enfermedad. En lugar de optar por medidas unilaterales y proteccionistas, se aboga por enfoques equilibrados que fomenten la diversificación geográfica y la cooperación internacional.

En un mundo cada vez más interconectado, es fundamental buscar soluciones colaborativas que promuevan la estabilidad económica y reduzcan la vulnerabilidad de los países ante crisis como la actual. La globalización plantea desafíos, pero también ofrece oportunidades para construir una economía más sólida y resiliente en el futuro.

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