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Asos pierde su encanto: Cae en popularidad y en tendencia

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A la deriva: ASOS rumbo a ser expulsada del FTSE 250

Lo cierto es que la popular plataforma de moda en línea, ASOS, ha tenido mejores días. Si echas la vista atrás solo unos meses, las acciones de esta empresa eran veinte veces más valiosas que ahora. Es como dicen, «el que mucho abarca, poco aprieta», y parece que ASOS ha soltado la presa.

Primero, los compradores comenzaron a abandonar el barco y, ahora, los compiladores de índices parecen dispuestos a seguir el mismo camino. En concreto, el pasado lunes, se barajó la opción de expulsar a la compañía de 360 millones de libras (más de 400 millones de euros) del FTSE 250, el índice de referencia para las empresas de mediana capitalización en el Reino Unido. Y no es moco de pavo, estamos hablando de un índice que es replicado por fondos que superan los 6.450 millones de euros. La decisión final se tomará este miércoles, así que habrá que mantenerse al tanto.

Del auge al declive: la caída de un gigante del comercio electrónico

Vale la pena recordar que ASOS arrancó con mucha fuerza en el mundo del comercio electrónico, especialmente en el Reino Unido. Durante la bulliciosa década de 2010, esto fue suficiente para obtener el trato de ‘valor tecnológico’, llegando incluso a ser valorada en más de 100 veces los beneficios previstos. Sí, un golpe de suerte, pero todos sabemos que la suerte es caprichosa.

Y es que, aunque sus raíces están firmemente plantadas en el mundo de la moda rápida, las tendencias cambian en un instante. No hay más que ver que ASOS tuvo un 20% menos de clientes el año pasado que en 2021. Y eso que estábamos en plena pandemia y los compradores, encerrados en casa, se volcaron en Internet. Pero hay algo más en todo esto, en mi opinión, algo que va más allá de simples números.

Un sector en crisis: la moda rápida y sus desafíos

Los desafíos a los que se enfrenta ASOS no son únicos. En todo el sector de la moda rápida, tanto online como en tiendas físicas, las cosas no pintan bien. A modo de ejemplo, este mes, River Island, una marca con una larga tradición que se remonta hasta 1948, tuvo que someterse a una reestructuración tras agotar su liquidez.

Por otro lado, la competencia se ha intensificado desde que ASOS irrumpió en escena. Hablamos de gigantes como la alemana Zalando, la china Shein y Vinted, una plataforma para comprar y vender ropa usada, por no mencionar a otras grandes del sector.

Además, los consumidores se sienten presionados por el estancamiento salarial y el aumento del desempleo. Es más, la Generación Z, al menos en redes sociales, está promoviendo la austeridad bajo campañas como «No-buy 25» y la tendencia más moderada de «consumo racional» en China.

Adaptarse o morir: el cambio de estrategia de ASOS

Todo esto pone contra las cuerdas a un modelo basado en el crecimiento del volumen. ASOS, como muchas otras empresas, se ha visto obligada a adaptarse y recortar costes. **El control de inventario**, que en el pasado generó problemas al dejar a la empresa con montones de ropa pasada de moda que tuvo que rebajar, está mejorando.

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Es cierto que la empresa ha logrado reducir de un 50% a un 20% la proporción de moda rápida que lleva más de seis meses en el mercado. Pero, ¿será suficiente? Solo el tiempo lo dirá.

¿Podrá ASOS remontar su suerte y salir a flote? ¿O sufrirá el mismo destino que otras empresas del sector, quedándose atascada en la vorágine de la moda rápida? Si echamos un vistazo a otras historias en nuestra plataforma, como la del Fondo Soberano más Lucrativo del Mundo desafiando a EEUU o el impulso de la Inteligencia Artificial, queda claro que en los negocios, como en la vida, el cambio es la única constante.

ASOS: Demasiado tarde para evitar una expulsión

Sin rodeos, lo cierto es que Asos ha llegado tarde al buen hábito de la limpieza. Eso es lo que nos indica la realidad. Los inversores, igual que los fashionistas, tienen tendencia a moverse en manada. Y cuando una firma no cumple con sus expectativas, no dudan en darle la espalda.

Es como para reflexionar, ¿no? Si uno no hace bien su trabajo, tarde o temprano, lo pagan. En este caso, el castigo para Asos ha sido su expulsión del índice. Un golpe duro, sin duda, pero quizás también una oportunidad para aprender la lección y mejorar.

El coste de la inacción

En cualquier caso, lo que me parece evidente es que la limpieza siempre es bienvenida, pero cuando llega tarde, el daño ya está hecho. En el caso de Asos, la tardanza ha sido fatal. Y esto no es una opinión subjetiva, es una realidad que se refleja en los informes de las instituciones financieras.

Y ojo, que esto no lo digo yo. Según el Financial Times, una de las publicaciones más respetadas en materia económica, Asos ha pagado un alto precio por su tardanza. Cabe recordar que el FT y Financial Times son marcas registradas de Financial Times Limited.

Responsabilidad absoluta de Expansión

Por cierto, una aclaración importante: Expansión es el único responsable de esta traducción. Financial Times Limited no se hace responsable de la exactitud de la misma. Algo que, sinceramente, no deja de sorprenderme. Pero bueno, eso ya es harina de otro costal.

Para dar un poco de contexto, también te podría interesar echar un vistazo a estos artículos: El Fondo Soberano más Lucrativo del Mundo Se Inclina hacia Europa en Desafío a EEUU y Un otoño dinámico se cierne sobre el mercado europeo de OPV. Seguro que te ayudan a entender mejor lo que está pasando en el mundo de las inversiones.

Para terminar, sólo decir que, tal y como estamos viendo, el mundo de la moda y las inversiones no son tan diferentes como podríamos pensar en un principio. Ambos se rigen por tendencias y, a veces, la reacción del público puede ser impredecible. Aunque, claro está, hay factores que pueden predecirse y, por tanto, controlarse. Ojalá Asos lo tenga en cuenta para la próxima.

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