¡Hola, qué tal! Hoy vengo a hablaros de algo que preocupa, y bastante: los incendios forestales. No hace falta ser un experto para darse cuenta que estamos ante la peor oleada de incendios en tres décadas. Y por desgracia, las llamas no entienden de límites administrativos. Aquí, en nuestro querido país, el fuego que comenzó en Porto de Sanabria (Zamora) ya ha cruzado a Galicia, dejando a su paso áreas calcinadas, incluyendo el antiguo bosque de Pena Trevinca.
Incendio: una crisis sin precedentes
Por si fuera poco, el incendio en Larouco (Ourense) ha sido catalogado como el de mayor magnitud en su historia, devorando hasta 20.000 hectáreas. Y lo cierto es que, los fuegos han llegado incluso a la provincia de Lugo, a pesar de que el río Sil debería actuar como barrera. Y no, no estamos hablando de casos aislados, sino que son solo dos ejemplos de esta crisis sin precedentes.
Ante esta situación, el Gobierno ha tenido que mover ficha y ha declarado a las áreas afectadas como «zonas de emergencia de protección civil», o lo que viene siendo lo mismo, catastróficas. Está previsto que este acuerdo se formalice en el primer Consejo de Ministros de este curso político, el próximo martes.
¿Qué implica ser zona catastrófica?
Vale, pero, ¿qué significa exactamente que un lugar sea declarado zona catastrófica? Pues es fundamental para que todas aquellas personas que han sufrido pérdidas materiales puedan acceder a una indemnización. Y esto, independientemente de si tenían o no seguro, o si su contrato cubría los daños por incendios. Se espera que la aprobación gubernamental del proyecto de ley, proporcione un alivio financiero a las regiones afectadas.
Esto no solo es relevante para los particulares, también para las empresas y municipios. Todos ellos podrán acceder a ayudas gubernamentales para la reconstrucción, y tendrán más tiempo para reclamar a las aseguradoras por los daños sufridos. Además, podrán acogerse al Consorcio de Compensación de Seguros.
Respuesta de las entidades
Por su parte, varias entidades como BBVA, Banco Sabadell, Abanca y Unicaja han lanzado líneas de financiación para ayudar a los afectados. Incluso compañías de seguros como Allianz han reforzado sus medios técnicos para dar apoyo a sus clientes en las zonas afectadas y áreas cercanas.
Pacto de Estado por el clima: ¿solución a la vista?
Mientras tanto, Pedro Sánchez insiste en la propuesta de pacto de Estado por el clima que lanzó el fin de semana. Según el presidente, la magnitud de los incendios no puede entenderse sin la emergencia climática. Pero claro, en cualquier caso, el PP le acusa de «escatimar e improvisar». Y la verdad, no sé qué pensar, ¿vosotros?
Lo que sí está claro es que se necesitan cambios significativos en la gestión forestal. Los expertos piden a los poderes públicos que se comprometan con la limpieza y el control del sotobosque. Y la verdad, creo que deberíamos hacerles caso.
Para finalizar, solo me queda recordaros la importancia de cuidar nuestro entorno y nuestro planeta. Porque, al final, es nuestro hogar. Y si lo perdemos, ¿dónde vamos a vivir?
Un problema en llamas: la acumulación de biomasa joven y su impacto en los incendios
Lo cierto es que uno de los problemas clave en la lucha contra los incendios en España es la creciente cantidad de biomasa joven. Y es que, como bien dice Alfredo Rodríguez, un conocido experto en el tema, esta biomasa es el combustible perfecto para las llamas. No olvidemos que Rodríguez vive en la comunidad más grande de España que, con más de cinco millones de hectáreas de áreas boscosas, ha sufrido la pérdida de casi 200.000 hectáreas en incendios en los últimos diez años. Hablamos de casi 14.000 incendios, según datos oficiales. Y aún falta sumar los daños de esta última oleada de incendios.
El cambio climático y el abandono rural, factores a tener en cuenta
En cualquier caso, Rodríguez insiste en que, si todavía tuviéramos el clima y el paisaje de hace 60 años, no estaríamos viendo incendios de tal magnitud. Según él, antes había más gente en el campo cuidando de los bosques. Usaban la leña, pastoreaban y mantenían los cultivos, todo en beneficio de la prevención de incendios.
Pero con el abandono de las zonas rurales, se ha acumulado una gran cantidad de biomasa que, en su opinión, es la culpable de la intensidad de los incendios que hemos visto. Por eso, no cabe duda de que una de las tareas prioritarias debería ser la limpieza de los bosques, y una forma de conseguirlo puede ser promoviendo la utilización de la madera joven como combustible.
La burocracia y el desconocimiento, obstáculos en la lucha contra los incendios
Por supuesto, hay que tener en cuenta otros factores, como los sociológicos. Por ejemplo, se sigue practicando la quema prescrita de matorral, un método de limpieza que se ha usado durante 2.000 años, aunque ahora es ilegal.
Además, Rodríguez señala que, a pesar de haberse eliminado algunas cargas burocráticas en Castilla y León, hay otros desafíos a superar. Por ejemplo, la normativa actual impide a los ayuntamientos actuar en las fincas agrícolas abandonadas para realizar labores de limpieza. A esto se suma que muchos de estos terrenos están sin registrar y sus propietarios ni siquiera saben que los poseen.
El éxodo rural, un problema que se agudiza
La situación se complica aún más por el éxodo rural. Las regiones del oeste de España, como Castilla y León, Galicia, Asturias y Extremadura, se están despoblando a gran velocidad. Según nuestras fuentes, desde los años 80, su población se ha reducido en casi medio millón de personas.
Como ejemplo, Rodríguez menciona Atapuerca, un municipio bien conectado y con atractivos turísticos. De las 20 notificaciones enviadas a propietarios de fincas sin mantenimiento, sólo cuatro residían en la zona. Esta situación es aún peor en áreas más remotas y menos dinámicas a nivel empresarial.
Cierre: un desafío al que hay que hacer frente
En resumen, estamos ante un complejo escenario en el que confluyen el cambio climático, el abandono de las zonas rurales y la acumulación de biomasa joven. Un coctel peligrosamente inflamable que, de no abordarse adecuadamente, nos conducirá a una temporada de incendios cada vez más intensa y devastadora.
Te dejo aquí dos artículos que podrían interesarte. En el primero, te hablo de la venta de la prestigiosa cadena londinense Soho House y en el segundo, te cuento cómo ERC y Junts están presionando al gobierno de Sánchez respecto a los presupuestos del próximo año.
Apuesta por la prevención forestal y el medio rural
Vamos a meternos en faena. Resulta que hay una petición masiva a los poderes públicos para que vayan un paso más allá de los típicos objetivos de luchar contra la crisis climática o la despoblación. Lo cierto es que, se está pidiendo priorizar acciones que sean realmente asequibles, como cuidar del sotobosque, o dar utilidad a los terrenos abandonados. Según propone Rodríguez, «las administraciones podrían aceptarlos como pago de impuestos» y esos terrenos podrían tener una salida viable. El suelo obtenido podría subastarse, arrendarse a agricultores jóvenes o ser de titularidad pública y estar bien mantenido. En cualquier caso, Rodríguez, que ha estado en el frente de batalla durante los últimos incendios en León, asegura que no contamos con los medios para enfrentar tantos incendios simultáneos, especialmente en lugares a los que es difícil enviar a efectivos por tierra.
Preocupación entre gestores públicos
No sólo Rodríguez está preocupado. Entre los gestores públicos también se nota la inquietud por los cambios que están sucediendo en las instituciones de la UE. «En el próximo marco financiero plurianual de la UE, el desarrollo rural ya no es una prioridad; recursos que han permitido mantener población, fomentar el turismo rural y el empleo, especialmente el juvenil y el femenino, o revalorizar patrimonio cultural», lamenta María José Murciano, gerente de la Red Española de Desarrollo Rural.
Esta red, que agrupa a más de un centenar de grupos de acción local, tiene la mosca detrás de la oreja desde que la Comisión Europea anunció un recorte para Política Agraria Común (PAC) y el incremento de las partidas para defensa, digitalización y política exterior. Según Murciano, «la mejor prevención que se puede hacer es un territorio habitado y cuidado».
Atención a la despoblación
«Se ha hablado mucho de despoblación pero no ha habido una política específica para preservar su mantenimiento y contribuir a la preservación del paisaje y su paisanaje», comenta en un rato de charla. Para ella, está claro que los retos que tiene abiertos el mundo pasan por el mundo rural.
Los problemas que enfrentamos son, sin duda, enormes, pero no podemos olvidar que el valor de nuestro suelo es incalculable y que, como diría mi abuela, no hay nada como tener la casa bien cuidada. Desde luego, si seguimos por este camino, vamos a necesitar más que una aprobación gubernamental para salir adelante. Pero bueno, también es cierto que, si todos ponemos de nuestra parte, aún nos queda una oportunidad de hacer las cosas bien.