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Empresas en la Mira: Nuevas Normativas Gubernamentales Podrían Incrementar los Costos Operativos

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El futuro laboral de España en la balanza

Lo cierto es que Yolanda Daz está en el ojo del huracán. Y no es para menos. En el horizonte cercano, tiene que lidiar con la desafiante tarea de conseguir la reducción de jornada y el Estatuto del Becario, mientras que al mismo tiempo, se encamina hacia la ardua negociación para encarecer el despido y perfila un nuevo incremento del salario mínimo para el próximo año.

Sin embargo, no todo es triunfo y celebración. La inestabilidad institucional que ha caracterizado a España en el último año, le pone sabor amargo al plato. A esto hay que sumarle la incertidumbre que genera la guerra arancelaria, que por ahora, ha resultado en tasas del 15% para las exportaciones europeas a Estados Unidos. Esto, sin mencionar la inseguridad jurídica que aporta la voraz agenda legislativa del Gobierno, que amenaza con subir considerablemente los costes laborales de las empresas y establecer rigideces en el mercado laboral poco compatibles con la desaceleración económica que pronostican los organismos internacionales para la segunda mitad del año.

Los cinco frentes que amenazan al sector empresarial

El Gobierno tiene cinco frentes abiertos que se vislumbran como un nuevo peso para los empleadores a la hora de contratar trabajadores. Hablamos de la reducción de la jornada laboral, la aprobación del Estatuto del Becario, la subida del salario mínimo interprofesional, el aumento de las cuotas de autónomos y la reforma del despido.

El más próximo, y que podría resolverse pocas semanas después del inicio del curso político, es el establecimiento de las 37,5 horas de tiempo máximo de trabajo semanal. Aunque por ahora, no sabemos si el Gobierno finalmente celebrará la sesión de votación de las enmiendas a la totalidad. Esta medida es la que, según fuentes, podría asestar el mayor golpe.

No todo el mundo está contento con estas propuestas. De hecho, se estima un coste para el tejido productivo que la CEOE cifra en 23.000 millones de euros. Este golpe se sentirá en especial en las pymes y autónomos con empleados a su cargo. Los que sí parecen estar a favor son las organizaciones empresariales, que han rechazado de plano la reforma del Estatuto de los Trabajadores.

¿Qué pasará con la medida estrella de Daz?

Pero, ¿qué pasará con la medida estrella de Daz, la reducción de la jornada laboral? Aquí hay un problema. Por los argumentos de la formación independentista en la enmienda de devolución presentada en la Cámara Baja, el Gobierno tendrá que poner sobre la mesa unas elevadas contraprestaciones para conseguir torcer su postura inicial.

En cualquier caso, aunque no se apruebe la reducción de la jornada laboral, sí se aprobará por decreto el endurecimiento del registro horario.

En este contexto, las empresas exportadoras podrían considerar la producción en EEUU debido a los aranceles, como apunta Ángela Pérez de Cofides en su reciente artículo [aquí](https://inversorhoy.com/empresas-exportadoras-podrian-considerar-la-produccion-en-eeuu-debido-a-los-aranceles-sugiere-angela-perez-de-cofides/).

Así, nos encontramos en una encrucijada, donde los aranceles de Trump representan una amenaza latente para los empleos y la economía empresarial de España como se discute [aquí](https://inversorhoy.com/el-lado-oscuro-de-los-aranceles-de-trump-amenaza-latente-para-los-empleos-y-la-economia-empresarial-de-espana/). Por no hablar de cómo la Eurozona navega el ‘Efecto Trump’, con un crecimiento frágil y una desconfianza creciente.

Bajo este panorama, solo nos queda esperar y ver cómo se desenvuelven las cosas, y cómo nuestras empresas se adaptan a los nuevos retos. Es un juego de equilibrio, y solo el tiempo dirá quién puede mantenerse en pie.

Convulsión empresarial ante las decisiones del Gobierno

¿Qué está pasando con el clima empresarial en España? La incertidumbre y la inseguridad jurídica están a la orden del día. Y, lo cierto es que, las últimas medidas económicas y laborales tomadas al margen del diálogo social están generando no pocos quebraderos de cabeza. ¿El resultado? Pues, según cuentan desde CEOE, esto está afectando de manera muy negativa a las inversiones de las empresas y a la competitividad de nuestro tejido empresarial, sobre todo en el caso de las pymes. Y eso, lógicamente, supone un duro golpe para nuestra economía.

Desde la organización liderada por Antonio Garamendi no paran de insistir en que la inversión extranjera podría estar migrando hacia otros destinos. Y no es para menos, 2024 fue un año complicado, el primero después de la pandemia en el que se ha visto un retroceso de la inversión extranjera neta productiva. La causa parece clara: un preocupante aumento de las desinversiones, más de un 114% para ser exactos.

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Problemas con la reducción de jornada y los convenios colectivos

Pero no acaban ahí las cosas. Según nos comentan, la incertidumbre sobre la aplicación de la reducción de jornada está provocando que se paralice la firma de convenios colectivos en 2025. Ahí es nada. El presidente de CEIM, Miguel Garrido, no lo puede decir más claro: «Esta medida se trata de un capricho del Ministerio de Trabajo decidido de espaldas a la negociación colectiva y alejada de la realidad. No se han medido las consecuencias».

Nuevos desafíos en el horizonte

Para la segunda mitad del año, se nos vienen encima un par de cuestiones importantes. Por un lado, parece que a la vuelta del verano se convocará a la Comisión de Expertos para analizar una nueva subida del salario mínimo para 2026. Recordemos que desde 2019, el suelo salarial en España se ha incrementado un 62%, hasta los actuales 1.184 euros al mes.

Posible reforma del Estatuto del Becario

Además, el Ministerio de Trabajo ha confirmado que se retomará la aprobación del llamado Estatuto del Becario. Aunque la medida en principio pueda sonar bien, al reconocer la obligación de compensar a los alumnos en prácticas por los costos generados para asistir a la empresa, lo cierto es que parece que el coste que se prevé es principalmente organizativo. Y eso sin contar con la posible restricción del volumen de prácticas extracurriculares y el recorte en el número de personas que pueden estar bajo la responsabilidad del tutor de prácticas.

Reforma del despido improcedente en 2026

Por si fuera poco, a principios de 2026, se convocará a patronal y sindicatos para abordar la reforma del despido improcedente. Esto pese a que una reciente sentencia del Supremo ha desmontado los argumentos asumidos por Trabajo para encarecer el despido. «El aumento de las indemnizaciones eleva los costes empresariales y desalienta la contratación. Defendemos el despido se ajuste a causas objetivas, económicas, técnicas u organizativas que garanticen la viabilidad de las empresas», señala el presidente de CEIM.

¿Y ahora qué?

Esta marea de cambios e incertidumbres está generando una gran preocupación en el tejido empresarial español. Las empresas se enfrentan a un escenario complejo, que recuerda al vivido con los aranceles impuestos por Trump. Un lado oscuro de los aranceles que supuso una amenaza latente para los empleos y la economía empresarial de España. Por otro lado, algunas empresas exportadoras podrían estar considerando mudar su producción a EEUU debido a los aranceles, según sugiere Ángela Pérez de Cofides.

En cualquier caso, lo cierto es que el panorama no es nada halagüeño. Y aunque la Eurozona intenta navegar el ‘Efecto Trump’, enfrenta un crecimiento frágil y una desconfianza creciente. ¿Cómo se irán desarrollando estos asuntos en los próximos meses? Sólo el tiempo lo dirá.

Hoy toca hablar de algo que no pocos autónomos y empresas están comentando: la creciente burocracia. Lorenzo Amor, vicepresidente de la CEOE y presidente de ATA, es directo en sus palabras: «El Gobierno sigue en el empeño de generar mayor burocracia, y poner más zancadillas y trabas para las empresas y autónomos. Y, desde luego, esto genera incertidumbre». No es para menos, teniendo en cuenta que las medidas que se plantean son complejas de llevar a cabo debido a la falta de apoyos.

Las cuotas de autónomos, en el punto de mira

Uno de los temas más comentados últimamente es la intención de la Seguridad Social de abordar la actualización de las cuotas de autónomos en la segunda mitad del año. Lo que se busca es un acuerdo que establezca las bases de cotización y cuotas para los próximos tres ejercicios, de acuerdo a los rendimientos netos de estos trabajadores por cuenta propia.

Pero eh, no todo es tan sencillo como parece. Para que te hagas una idea, con el nuevo modelo de cotización que se establece a partir de 2023, los autónomos deben aportar en función de sus ingresos reales, metiéndose en uno de los quince tramos de ingresos que se fijan para cada año. Y ojo, que esto todavía tiene que negociarse con sindicatos y organizaciones representantes de los autónomos.

Una subida de cuotas no exenta de obstáculos

Ahora bien, lo cierto es que la idea es que este sistema de aportaciones permita a los autónomos mejorar el nivel de sus prestaciones contributivas, en especial de la pensión de jubilación. De esta manera, se pretende que esta se alinee con la de los asalariados, que ahora mismo es un 40% superior de media.

Pero claro, esto no es un camino de rosas. De hecho, ya se anticipan obstáculos para poder sacar adelante las nuevas tablas que acarrean una subida de cuotas. Por un lado, se ve complicado lograr un acuerdo total con los agentes sociales, especialmente con ATA, que ya ha dejado claro que no negociará una subida de cuotas. Por otro lado, sin ese acuerdo será difícil poder sacar adelante la actualización, que necesita una modificación legal y su aprobación en el Congreso de los Diputados.

En cualquier caso, esta situación no ayuda precisamente a aliviar las preocupaciones en torno a la producción internacional, ni tampoco hace más que añadir más leña al fuego en el siempre latente debate sobre los aranceles. Como siempre, seguiremos pendientes de cualquier novedad que pueda surgir en este asunto. Porque si algo es seguro, es que estamos lejos de un final claro en este intrincado panorama.

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